Obré como un perro. Perdí el sentido de todo.
El olfato nunca falla dicen. Y lo eché a perder de vuelta.
Como siempre.
Debería hacerme matar por dinero, si solo lo tuviera.
Esto no es bueno.
No me siento bueno, bueno para nada.
Diablos.
Me corto. Y no te hablo más.
Cada palabra que largo me hunde.
El silencio me asesina.
Nada me reconforta, puta madre.
Probablemente vos no me hables más.
Voy a tener que acostumbrarme y no más nada.
Es que no me entiendo, no te entiendo.
Y lo mejor de mí parece no servir para nada, si hubiese existido.
Ante vos, todo eso desaparece. No vale mierda.
Mis palabras volvieron a ser sólo desvaríos, cosas sin sentido.
Ahora volvieron a ser lo que eran.
Eventualmente vas a verme. Y no va a significar nada para vos.
Eso duele.
Sid Vicious solía decir que era un perro cobarde.
Qué buen juego de palabras, como si me hubiese conocido de hace años.
Y ahora que hago? Me siento una mierda.
No voy a poder dormir. No va a existir confort alguno.
El malestar me destruye. …
…
Y este silencio es lo único que debería quedar.
No sé por qué te pregunto siempre lo mismo.
No te interesa.
Published
on Monday, April 5th, 2004 at 3:43 pm