Hoy no, por favor.
No quiero escuchar absolutamente nada sobre nadie más. Solo vos y yo. Que él esto.. no me importa. No quiero ser guaso. No quiero más.
Deseo un vos y yo. Los dos diciendo taradeces o nada. Pero sólo dos en este momento. Y si decís taradeces van a ser nuestras taradeces y sólo nuestras. Dos tarados disfrazados caminando tal gente feliz.
Simplemente espectros… ¿por qué tenemos que hablar de otros? ¿Acaso ya nos conocemos hasta el fin…? Sí, ya sé, conservar los secretos… pero ellos nunca se acaban y nosotros tampoco.
¿Es tan díficil que sea así? No sé. Me paro acá, diciendo ésto y suena como si quisiera callarte. Y me hace sentir peor, pero el callar sólo me agota y me aleja. Me hace mal.
Y estoy al tanto de todo el resto del mundo, simplemente no me preocupa. Fuí rechazado desde el principio hasta el fin por ese resto hasta que te encontré y sentí como que no necesitaba más de ellos.
Pero… ¿vos sentís que yo soy insuficiente, como para no dejar a ese “ellos” de lado por un día? Ya, bien, si, uno vive con los demás. Sólo hasta cierto punto, eh.
No es intimidad, hasta que tus ojos vean los míos y la profundidad de los ojos de cada uno intimiden a los del otro. Simplemente a sentir la enormidad del ser enfrente. Y ahí volvemos a ese circulito mundano por miedo de entregarnos a nosotros mismos.
Published
on Friday, April 2nd, 2004 at 3:57 am