Como no sentirme ataviadisimo, el sentimiento de contrariado me inunda, yo sé, vos sabés, no entiendo.
Y cómo saber, que parte de mí, el yo versus el yo, el antiguo yo que pelea contra mí.
Qué lindo, hermoso.
Extraño. Incómodo.
El niñito que llevaba encima ahora se burla del grandote. Que tonto, que inconcluso, dice. Salta y corre alrededor. Como los niños usando las lápidas como los arcos.
De afuera se escuchan preguntas por quién se pensaba que era más grande de los dos, los susurros decían más sobre el chiquito.
Y por supuesto, el precio de la evolución gradual humana nunca fue el mejor.
Quien puede decir que hoy como adulto se siente mejor como niño? Por favor, a aquellos que se animen a decirlo les digo abiertamente, son unos mentirosos.
Por mí, el pequeño monstruito dentro mío rugía alegre y furioso, frente al rencoroso y dañado adulto.
Ey, quien lo encuentre, que me avise. Sería lindo de vuelta. Y de paso, preguntarle cómo es que salgo de este lugar.
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on Saturday, August 9th, 2003 at 1:23 am