Hoy estuve pensando en un montón de cosas.
Ayer, por alguna de esas chanzas de la vida, me tocó viajar con uno de los “machos”. Tipos que me hacen acordar compañeros de laburo, compañeros de colegio, amigos de mi viejo… todo lo que pensé que quería ser y no quería ser durante mi adolescencia. Un tipo duro, pero nunca un fascista.
Y durante todo el viaje estuve pensando en vos.
El viejo, me decía como las mujeres para él son “un vaciadero de esperma” que no sirven para nada. “Son la raíz del mal”. “Qué cosa buena puede surgir de la costilla de un tipo como Jesús” me dijo. Me contó acerca de cómo el es un escritor, un columnista free-lance. Me dijo que durante su vida se había mandado mil trastadas con las mujeres, y que a causa de esa última cagada, su mujer mejicana había vuelto a su país con su suegra (”ojo con las suegras pibe, duermen enroscadas a los árboles, cambian de piel y tienen cascabeles cuando andan cerca al acecho”), hace meses que no sabía de ella. “Yo no tengo problemas en levantar minas. Tengo buen chamuyo. Es que en realidad, es un hecho que ellas deciden si te quieren. Todo depende de eso. Si te quieren, digas lo que digas. Y si no te quieren, no hay chamuyo que sirva”.
Yo asentí. Total, pasaron dos días. Vos todavía no sabés de que es esto, y yo te comienzo a asustar. Vos dejate. Y no es extraño que tenga tantas ganas de verte, te busqué por un tiempo. Cuando te toreé, esperaba que me partieses la cara de un tortazo. Y ahora me desespero por asombrarte, aunque ninguna de mis mímicas logre sobresaltarte.
Me dijo “no te enganches” sin siquiera conocerme o saber que estás en mi cabeza.
Y pensé en todo lo pasado hasta hoy, con vos y tantas, tan pocas otras. Pensé en un beso momentáneo, los abrazos y las cosas que no decimos pero que siempre están ahí, vos sos dura y yo también. No sé si decirte “te quiero”, me muero de ganas. Pensé en los momentos de angustia, de la locura que siempre me dura, en las noches, las tardes y los sueños.
El viejo se fue. Yo sigo rascándome la cabeza.
Espero que todo lo que dijo sea errado.
Espero muchas cosas.
Mañana nos vemos. Estoy demasiado ansioso, tengo que controlarme.
Quiero verte.
Quiero verte.
Quiero verte.
Y después de decirlo tres veces, como en la película, no apareciste. Quiero verte mañana.
Quiero probarle al mundo que está equivocado.
Quiero miles de tus besos.
Quiero que dejes de sonreír ante mis idioteces (quizá ahora, ya no tengas que hacerlo).
Quiero que te quedes conmigo…
nene, me alegro por vos.
1 | ivita January 12th, 2006 at 6:12 pmojala q te dure