Published on Wednesday, February 9th, 2005 at 1:55 am
Hace un año estaba sentado aquí y necesitaba expresar un sentimiento romántico, y ahora veo todas las cosas que perdí en el durante. Me encontraba tirado de los pelos por una niña. Y ahora no me encuentro tirado de los pelos, con la misma sensación.
Parece que la ‘falsa’ (depende del que la mire) festividad de San Valentín asesta un golpe mortal a todo el mundo: un golpe al corazón para los que no tienen quién los acompañe, un golpe asestado cruelmente a todos aquellos que perdieron la compañía o la braveza para juntarse. Un golpe al bolsillo para aquellos que sí tienen y disponen de esa compañía (algo mucho más leve, sin embargo.. pero más satisfactorio). Los que prefieren creer que San Valentín es una festividad comercial (seguro proveniente del resentimiento) y… los que deciden ni pensar acerca de ello.
Acá es donde debo hacer paréntesis.
“Y te esperé hasta hacerme chiquito, ínfimo
es asombroso”
Ahora me acordé en qué pensaba. Cuando me paré en Retiro esperando tu compañía y por las progresiones en mi vida parece como si siguiese parado esperándote. Hablamos dos minutos hoy y no quise hablarte, en realidad. Me puse ropa linda. Hacía calor. No llovió, eso hubiera sido un alivio. El vagabundo de la esquina de la estación me pidió unas monedas. No le dí. Esperé, esperé, esperé. Al ver que no llegabas, le dí monedas. Alguien debería haberse sentido bien ese día, y el cartón de vino sería placentero para el pobre hombre. Después de todo, no todos merecen sufrir.
Me diste una excusa pedorra, no te la creí. Dejé de hablarte hasta que pediste disculpas y yo sé que para vos no significan nada.
Un año después. El mismo medio, los mismos personajes.
Me preguntaste qué me pasaba. Te dije que estaba mal.
Me preguntaste por qué, y yo te contesté que realmente no querías saberlo.
Insististe.
Y yo te dije… “se asoma San Valentín, otro año solo”. Y me dijiste que no tenía por qué recordártelo, que vos también estabas sola.
Comillas.
Estás sola por que no querés estar conmigo.
Fin de comillas.
No quise recordarte que hace un año te esperé tres horas en Retiro, masticándome la cabeza. En ese momento lo hablé, no con vos. Me dijeron que no debería haberte esperado más de media hora. Algo me decía que igual ibas a aparecer. Pero hasta hoy te olvidás lo que no te conviene. Y ahora tu apodo evoca a otro hombre. “(L) Alfre cada día que pasa te extraño más amor!!! (L)” dice. Claro, pero según me decís en realidad es un cyber-novio, nada de lo que yo me tenga que preocupar. A mí no me preocupa, para nada. Nadie puede pasarse la vida solo, por eso intento establecer un récord. Yo sé que tengo poco para dar, pero soy justo lo que necesitás. Poco y de calidad. Poco y fallido. Poco, yo.
No soy tonto, y sé que diste un par de vueltas a la cuadra mientras yo no estuve.
Y me gusta herir. Como el animal herido, aquel que venga a oler mi herida, voy a morder sin pensarlo.
Yo - Bueno, llamalo a Alfre, y que salga con vos.
Vos - Auch, eso es iriente. (*sigh*)
Hablamos poco.
No hablamos nada.
Hagamos recolección de hechos entonces: no estás conmigo por que no querés. No te quejes que nadie te quiere, si no querés aceptar mis besos. No te quejes conmigo, al menos. Por que el mismo tipo que se paró tres horas como un estúpido en Retiro por que pensó que estaba enamorado, y salió con la cola entre las patas. El mismo que te quiere, y te dice las cosas hirientes por que las ve repetidas. Quizá vos sos igual o peor que yo.
Cierre paréntesis.
Hace unos días Lucía también me preguntó si yo sabía que era estar enamorado. Y le contesté creyendo, por que sólo puedo creer, por que el enamoramiento jamás culmina en un realizar concreto y un futuro efectivo. Al menos eso creo, y digo lo que me gusta. Yo no sé que es enamorarse, y puedo pronunciar quince sonetos voluntariamente idealistas, muy románticos e irreales. Cosas que el fondo de mí gustaría de creer, abrazar como si fuesen reales, vivir por ellos, morir por ellos. No sé que es lo que te contesté Lucía, cuando estuve … algo por vos, quise creer todas esas cosas. La verdad es que no tengo ni idea de qué te contesté, pero algo si te dije: que jamás deberías hacerme caso cuando te hablara de estos temas. Deberías preguntarle a otra persona, no sé por qué recurriste a mí. No deberías haberlo hecho. Tampoco para preguntarme sobre el amor hacia otra persona. No te lo pude decir. Alguien me va a decir que yo no debería haber hablado con vos.
“Ahora ya no importa nada.”
Feliz día de San Valentín, para todos los que tienen la suerte de festejar.

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