Published on Friday, December 3rd, 2004 at 11:13 pm
Otra de las cosas que más odio me inspira es que me digan que me calle. Es algo que aún no dominé, quizá de estar acostumbrado a que mi viejo mismo lo hiciese.
Uno puede pensar siempre cuando se está en una conversación, diferentes cosas. Puedo sentarme enfrente tuyo y pensar “callate la boca, estás diciendo una sarta de idioteces terrible… hacete un favor, no hables más”. Pero por esta cosita llamada consideración, educación (incluso cuadra en ser hipócrita y falso también, eh) decidimos aguantar cual palabra salga de la boca del otro.
Me acordé ayer de todo ésto, gracias a Ivi (lo siento Ivi, pero es así, al menos te lo dije a vos). “Pero por favor, Gustavo, callate”. De repente ví la cara de mi viejo diciendo eso, muchísimo tiempo atrás. “Pero callate, no digas boludeces, pelotudo”, y me contó una pequeña historia que de vez en cuando repito con una vergüenza absoluta. Por que ésa era su manera: como no podía tapar lo que era evidente, el hecho que quizá (aunque tuviese o no razón yo) él no podía negar que no tenía argumentos para hacerme callar, aunque hubiese aceptado que todas las veces que yo estuviese errado me dijesen “estás equivocado”. Es más, mucha gente lo hace hoy por hoy.
La historia iba como ésto:
“en mi casa, evitábamos hablar boludeces. Entonces, nos sentábamos a comer, en silencio, todos tranquilos. Y el primero en hablar y decir una boludez, lavaba los platos”.
Siguientes reflexiones al caso:
1. Qué pobre cosa para enseñarles a tus hijos. Cómo te queda marcado que despreciás al otro callándolo, simplemente por que se te ocurre que lo que dice el otro no vale la pena. Es un acto de egoísmo puro: “Claro, por que todo lo que yo digo vale, mientras que vos hablás boludeces”, ergo, vos siempre hablás boludeces, mientras que no existe una consideración de si yo las digo.
Ergo siguiente: yo soy el dueño de la razón.
2. Como yo soy el dueño de la razón, CREO que tengo el poder de callarte, aunque no lo tenga. Por lo cual termino siendo más tarado que la persona que yo hago callar. Cuando yo estaba en el colegio y tenía problemas con alguien, un amigo mío vino y me dijo: “No te preocupes, todos caen por su propio peso“. Ergo, sería mas conveniente que en vez de callar a alguien, si alguien está (a mi consideración) hablando boludeces (o simplemente cosas que no me agradan), tampoco sería una cuestión de tirarle cuerda para que se ahorque solito. Yo tiendo a callarme cuando algo me desagrada profundamente. Pero vayan a saber hasta que altura tienen que llegar para que les diga que se callen: simplemente por que yo no tengo el poder para decir que se callen, y ustedes, aunque yo tuviese tal poder, no lo aceptarían. Por lo cual:
3. Con semejante powertrip, uno se convierte en un imbécil. Punto. Hay que dejar que cada uno sea quien es. Punto. Aventarse de poder ante la figura de un amigo, querido, etc, es una cagada y vaya a saber quién te lo va a aceptar. Yo voy a dar una ilusión ficticia de tal poder, aunque no lo tenés, no te preocupes. Punto.
Mi viejo, que era un buen tipo pero con muchas fallas propias. Un tipo que no dudó en decir los “callate”, incluso en numerosas veces donde simplemente no tenía razón, y donde yo no sabía si realmente la tenía o no. Ante la duda, muchos padres reafirman lo que creen es correcto aunque no tengan la convicción de ello. Es por eso que muchos padres, cuando quedan sin argumentos en una discusión, plantean el típico recurso del “Mientras vivas en mi casa, vas a hacer lo que yo diga”. O sea, otra cuestión de poder … un entre líneas del decir “aunque no tenga razón, te vas a callar por que sos una mierda”. La historia de que “el primero que dice boludeces en la mesa, lava los platos” no tiene razón alguna de existir. Es puro desprecio. Es lo que hacés: aminorás la capacidad o el amor que se tiene hacia la otra persona. Instigás el odio del otro, el resentimiento de aquel que puede o no contestar (dependiendo de su posición). Otra que después de su muerte me hizo recordarlo fue Barbi, a ella también se lo eché en cara bastante fuerte… espero que se acuerde. De todas maneras, después de semejante episodio dudo que vuelva a repetirlo.
Querría hacerles pensar, entonces, que lo duden dos veces antes de decir una cosa tal. Por que al decir eso, cabe la posibilidad que estés equivocado/a. (sin hablar de que en el proceso de callar a alguien, siempre podés morder la mano que te alimenta… asi que mejor el “shush”, quedátelo para vos mismo… total el que calla otorga)
Yo no quiero decir que pierdo el aprecio por la gente que dice tal frase… pero, cada vez que lo dicen algo de mi consideración se va un poquito más a la mierda. Pierdo el respeto, por que se puede respetar a los padres, a los seres queridos (sean amigos, familia), a los inteligentes, pero nunca a la gente que se cree, se permite a darse el derecho de aplastarte.
Personalmente, voy a tratar de cuidar más lo que digo también. Simplemente es una de esas cosas que hay que cuidar uno personalmente cuando habla. Creo que uno de mis peores defectos es derrochar sarcasmo en una conversación…
Espero que si algún día miro a los ojos a mis hijos, nietos, sobrinos, quien sea, sea capaz de apreciarlos, y que si algún día los aminoro de alguna manera, dejo de considerarlos como debería, respetarlos, o quererlos, que me parta un rayo y me caiga muerto. Yo no quiero dejar a nadie con la palabra en el fondo de la lengua.

Related Posts

Dejar contestación

XHTML: You can use these tags: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <code> <em> <i> <strike> <strong>