Published on Friday, October 22nd, 2004 at 8:04 pm
A veces creo que ni crecimos en la misma lugar. No entiendo tus acciones, aunque hay veces que tengo que levantarme y aplaudirte. Se nota que tanto tiempo alrededor mío endurece las reacciones, mata los sentimientos. Y justo cuando creo que crecés en dos segundos, por que cada vez que te veo vas más rápido. Pero siempre pegás un trompazo que haga que piense que sos un estúpido y te falta la cabeza. No entiendo como podés vivir debajo de la capacidad enorme que tenés. Por eso me meto en tus problemas. Te meto el dedo en el culo de vez en cuando, por que soy un retorcido. Te veo hacer cosas que yo no hago, te veo en las puertas de algo grande, gordo. Algo muy grande. Me encantaría poder llevarte también, o al menos a tu costado. Pero vos sólo te aislás. Sos una de las pocas personas a las que yo no les hago eso. Siempre te tuve una admiración enorme. Cuando era chiquito, quería ser como vos. Cuando fuese grande, querría ser chiquito como vos lo fuiste. Y últimamente tus cagadas son también así de magníficas. Vos seguís metiendo la pata… no tenés medida. Y te perdoné mas de un par, simplemente por que sos vos.
Estás llevando una cola enorme de cagadas. Es una lástima. No la pegás con nadie, ponete las pilas. Tampoco nunca le pegaste a nadie. Si sabés que sos más bueno que Lassie, un tipo agradable, que las minas se te caen por los costados y los chistes que te hacemos sobre ellas son simplemente un reflejo de lo bien que te va. Bah, ahora ya no podemos por razones ajenas… simplemente no podemos hacer chistes ahora. En este momento es imposible. Ahora ya no son burlas simples, son dardos. Ofensas bravas. Yo no sé medirme. I’m no fucking good. Por lo cual me limito a decirte “gordo”, aunque sabés que no lo sos. Es una manera cariñosa de llamarte, me suena como si realmente tuviese que decir tu nombre no seríamos tan cercanos. Y sé que te jode que te diga así… pero quiero girar esta mierda por que ambos sabemos que en un sentido retorcido es fraternidad. Muy complicado, pero lo es.
Y hoy por hoy nos separamos distancias a machetazos. Se me imposibilita entender por qué. No concuerdo. No te entiendo, tampoco te puedo ayudar por ahora, a menos que me dejes entrar sin cobrarme. Te veo cada muerte de obispo, si te veo. Preferís cobrarte cada vez que venís. No nos reconocés, no me ves. Tus ojos marrones se cierran cada vez más… cada día que pasa sos más ciego. ¿No lo podés ver? ¡Todo el mundo quiere que seas ciego! ¡Levantate hijo de puta! Abrí tus ojos de vuelta. Que años atrás te veía corriendo con más naturalidad, pegando saltos por todos lados. Con la pelota en los brazos, el sudor en la frente y la sonrisa sobre todo el cuerpo. Todo un camino por delante. Que jamás le levantaste una mano a nadie, hasta que yo irrumpí y te amenacé con esa navaja. Y que sólo atinaste a quitármela. Te robaron tantas veces que debías tenerlo por costumbre. Que más de una vez te maltraté también, verbalmente y no te lo merecías: ahora te cuesta encontrarte. No sos vos en el nosotros, no te identificás. Éramos la imagen perfecta a pesar de todos los años que nos separan. No es que no querés a nadie, no es que no me querés, no sabemos, no sé si alguna vez apreciaste… simplemente te llevaste la imagen equivocada. Pero es hora que despiertes del sueño aletargado. Por que estuviste muerto por un tiempo para varios. Y sé que a cada minuto estás abriendo y cerrando los ojos. No estás muerto. Vamos, vamos.
Te conformás con lo primero que viene. Sabés que hay mucho más. Hubo, al menos, cosas magníficas. Más de diez años, más de veinte años. Y parece que te vas por la alcantarilla. Si vos te truncás el sueño… obvio que así va a ser. Sólo necesitás una palabra fuerte. Un insulto. Una patada. Pero por que sabés que las cosas no pueden quedar así. Algo más tiene que haber, acá no se puede terminar la cosa. No es posible, así. Vamos. No podés quedarte acá. Dale, movete. Yo ví cosas mejores de vos, espero cosas incluso mejores todavía. No me gustaría quedarme en el sinsabor.

Esto fue escrito para otra persona. Yo debería estar dedicándome a otras cosas en este momento. “A mis asuntos”. Pero cuando veo este monstruo enfrente mío, cada vez se parece más a mí. Eso me asusta también. Es terrible. Cómo podría pedir que alguien se parezca a mí, estando yo tan descontento conmigo mismo. La conciencia me pica. Como si también alguien la hubiese escrito para mí, menuda autocrítica de todas maneras. Accidentalmente terminó siendo para mí, aunque no lo era. Por alguna razón nos parecemos tanto… ¿cuál es el balance perfecto en esta vida? ¿cuando nos vamos a volver a ver, así yo puedo esconder mi enojo y saludarte con alegría?

Related Posts

Dejar contestación

XHTML: You can use these tags: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <code> <em> <i> <strike> <strong>