Published on Friday, June 15th, 2007 at 12:49 am

Gracias por tanta banca, en tan feos tiempos.

Son días en los que aprendí a crearme un pequeño mundito en la cabeza. No de enanos bailando ni de fantasías, sino de días de sol, jornadas de menos horas, gente que te quiere, mirar al techo con todo el tiempo del mundo, añorar un buen comentario, creer que el mundo es bueno y Dios existe.

Un mundito donde todos los que querés están no al lado tuyo pero dispersos en una tierra chata, el pequeño planeta que anda a pata el principito caprichoso. Así es, imaginá, imaginate, creá a través del inconsciente. Están todos, hasta papá. Y los verás por cinco minutos, media hora por cada hora hasta las seis cuando se libere todo.

Liberalo todo, y dejalo, luego seguilo, así como el panadero, luego desplumalo y disfrutá.

Y la realidad dice que vas a crear ese espacio por que de otro modo podría devorarte un vacío espantoso. El mismo en el que se metieron el que está al lado tuyo y el resto del mundo.
Se los come el vacío, por Dios. Donde se fue la dimensión humana de las cosas?

Crear ese mundito en tu cabeza. Era lo único necesario. Todo a base de un plano de multicolores digno de la mejor pintura de Monet. Un pequeño prisma disparador a múltiples direcciones, fantasías creadas en cuasi realidades desplegadas sobre el piso y elevándose hasta los niveles más altos de la visión. Un mundito aparte, una esquizofrenia controlada. Un nine-to-five de cosas placenteras al sentido y de satisfacciones garantizadas.

Si habré escuchado en mi vida una cierta cuota de psicólogos hablando del mal efecto de no afrontar la realidad. No es evitar la realidad que confrontamos todos los días, es el haberla visto de cara y haberla corrido a un costado (no me interesa tampoco escuchar que efectivamente no es la realidad, ya que tampoco me interesa, ni siquiera desde un ángulo profesional).

Qué quieren que les diga. Vivo más en paz con la sensación del abrazo de papá que el recuerdo de todos los sopapos. Me siento más tranquilo cuando imagino que ella todavía me espera y que no tengo las chances de arruinar todo de vuelta, otra vez, por no hacer tonterías (y que esto deje de ser una idealización mía de una vez). Que estamos todos los amigos de vuelta, tomando una cerveza en camino a rosario para ver el partido y no nos domine la estupidez del orgullo, o que es un martes a las 3 de la mañana y estamos tomando vino de hace 30 años y escuchando a Coltrane y que no hay ninguna mujer o droga, o nada que se interponga en el medio. O siquiera que estoy tirado en medio del Champ du Mars en medio de mayo, con un calor desequilibrante, una botella de agua o cualquier cosa fresca, tirado al cielo mirando la distancia que me separa de mi vida real, que a una punta de reposar en el verde césped del largo jardín, hay una estructura de fierros enorme que en algún momento quiso ser considerada una de las maravillas del mundo, símbolo de Francia desde cuanto yo puedo recordar. Y estar de joda con el morsa por París, por Amsterdam, por Rumania o por donde quiera el mundo juntarnos.

De poder dejar de quemarle la cabeza a AH y al resto de las almas que dejan abierto el gmail por compasión. De poder meter semiótica de una puta vez. De ver a toda mi familia sin recelos. De bajar de peso y superar los 50 años de promedio de edad a los que llegaron mi papa, mi abuelo (y casi mi tio…).

Y que tampoco sirve añorar sino recordar de la mejor manera, y marinar todos esos recuerdos y añoranza en un gran bollo multiforme dentro de la cabeza. Un bollo de felicidad.

Lo único que es necesario es no mirar más. Cegarse si es necesario, cortar el ojo con la finura de la hoja de papel. Y entregarse a los sentidos, desde la punta del dedo, al sistema nervioso, al cerebro que llega al corazón, que vive mejor si recibe el aire oxigenado y el OK de parte de todo el sistema de nuestro cuerpo.

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2 Responses to “Declaración de deseos.”

  1. principio del mensaje

    tu quemar mi cabeza
    me=ignoramio=fssss=takatakatu
    FSSSSSSSSS

    saludos

    fin del mensaje

  2. Me hiciste llorar, cocodrilito.
    Y Soy una de las Gmaileras. Sabes q contas conmigo, en eso y en mucho mas. Y no es frase hecha. Aguante, carajo, mierda!
    Se lo quiere cantidades industriales, tanto como lo q estoy odiando Historia 1 y Comu 2.
    Besiños cocodrilenses domingueros
    MiLy!

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