Me rompería la cabeza haberlos visto de vuelta, en un estadio céntrico, en el festival de una famosa (bah, en Argentina) marca cervecera y bajo una lluvia como la de éstos días.
En un headline de no-tan-famosos y de “concursos” por entradas, lindo habría sido arriesgar por bandas locales que valgan la pena (por favor). Pago hasta por ver al ariel minimal bebiendo vino de vuelta sobre el escenario antes que algunas de las bandas que participan.
Lluvia, rock, stoner, tormentas, gotas, guitarras desafinadas. Broide y sus putos cinco mil brazos sobre la batería. Parece el doctor Octavius (me suena a algo más). Ahora que se me acaba la tormenta y empieza a salir el sol, cerca de las seis de la tarde. Ahora, tarde. Ahora. La guitarra de Sergio, distorsionada. Estarán usando una vox ahi? Tengo que mirarlo con más detalle. Pero recién tocan el 20 de abril, justo está Soulfly. Y, a lo mejor el 28 en Niceto, como aperitivo de los Buzzcocks y Lemmy. (4 y 5 de mayo- sayounara oidos!… si es que no mueren durante el festivaloide)
Y se viene el festival nomás. Bandas pocas, amigos muchos llegados desde lejos (reportate morcipán que tenemos que hablar… cuando puedas). Tanto más. Acá hubo un tachón. A ellos, o a estos que voy a ver mañana. Puede ser que hoy sea sábado y parezca domingo?