Hay demasiadas cosas pequeñas muriendo rápido.
El cariño muere ante la primera mirada que me das y en silencio.
Las palabras se ahorcan a la altura del diafragma, ahí en el cuello, en la garganta.
Y tu memoria, tu memoria querida, querida, acaba de ser arrollada cual comadreja por la calle de mi casa.
Aplastada por las verdades. Y no resucitada, a diferencia de veces anteriores, por la luz de mi eterna pelotudez.
Puesía barata, suena más a cosa de Iglesia, que quieren que les diga. El día en que palme mi lápida va a decir “Algo. Y ahora que?”.
Posdata grande y abarcativo (que no tiene nada que ver).
Justificativos:
Me dejé la barba no por que quiero parecer rebelde, es simplemente que me chupa un huevo cualquier otra cosa. Hasta ahora el unico comentario excepto de los lógicos (”ahora te haces el rebelde” “afeitate sucio”) fue de que parezco mas grande. Vaya a saber si es eso o la gordura.
Me compré No Logo, lo estoy leyendo, fina obra acerca del humo (véase marketing, publicidad, etc) y cómo satura la vida de la gente. Obra maestra diría, una prueba científica que demuestra como vender humo (literalmente) jode la vida.
Terminé de configurar Ubuntu, me costó un poco, pero con la colaboración y paciencia del señor Javo lo logré. Era más una cuestión del dual boot y alguna yerba más. Igual creo que el hd está mal y me va a cagar el mother, procuraremos obtener un disco rigido nuevo que no funcione tan mal para dentro de poco.
Si, soy un anal-fabeto en esto del linux. ¿Y qué?
