Published on Saturday, February 25th, 2006 at 11:01 pm

Ayer a la noche estaba bajo la impresión de estar presenciando otra vida en primera persona. No necesariamente por el hecho de que ciertas cosas se aceptan y ciertas cosas no a la hora de mirar a la distancia, simplemente que al verlas siempre se tiene que mover de ángulo para apreciar.

Fui a cenar con una compañera de facultad (Sabrina, abrazo sangucheteee!), y tenía ciertas impresiones recorriéndome la cabeza más tarde en la noche, cuando volvía hacia acá. Algunas de las cuales cuento.

Items de contemplación:

- Hay gente a la que se puede molestar y gente que no. Y siempre es lindo saber que hay algunos a los que no se les puede hablar o contar con, pero que siempre está esa gente en la que uno puede decir que está equivocado. No es asunto de confidencia o dependencia con una persona, simplemente de presencia.

Saber que alguien te abraza cuando más lo estás necesitando, aunque crean que estás loco, no tiene precio.

- A mí no me preocupa personalmente que la gente piense que estoy loco, no podría liberar de otra manera todas las cosas que tengo en mente. Y .. quizá, voy por la línea. Bordeo los límites de la insanía, de la locura para los entendidos, pero piso fuerte y no me preocupa andar por el medio como el resto del mundo. El medio es un camino muy lento y deprimente donde tarde o temprano aceptamos someternos. Es triste, es así y podría alegar a todos los recursos que nos conducen de vuelta a los cauces “normales” de la vida. Prefiero ir por los costados, permiso, gracias.

- Lo más gracioso de lo efímero de la vida es la ligereza con la cual se toman sucesos, que siendo chicos en realidad deberían ser más grandes, y viceversa. Las traiciones por ejemplo, no pueden condecirse con los reencuentros. Y sin embargo, es más fácil darle importancia al hecho que uno se encuentra solo que acompañado. Aunque, siempre es más fácil ver lo que falta. Ojalá pudiese, también, convertir esos momentos negativos en algún estilo de impulso positivo sin chocarme siempre contra las mismas paredes. Si pudiese alterar, alterar mi conducta, alterarme, conseguir.

- No entiendo si al mismo tiempo doy poca relevancia a sucesos que para el resto del mundo los tiene. Los gestos, ¿cuáles son realmente los gestos que valen en esta vida y por qué? ¿qué es lo que vale en realidad? ¿vale la pena, por ejemplo, invitar a una mujer a cenar cuando ella no quiere… sólo para intentar alterar la realidad y al fin y al cabo, no haberlo conseguido? ¿debería considerarse tiempo desperdiciado?

- Cuán fácilmente me quedo corto de palabras y conversación. Será que soy una persona poco interesante, o es simplemente que uno debe regularlo. O al caso, llega el momento del silencio donde uno mira al otro y esto en realidad, debe suceder. No recuerdo que en algún pasado remoto me quedase sin cosas para decir, ¿o será simplemente que ya no tengo ese deseo de hablar?. A lo mejor convertirse en un ente es lo mejor (si es algo que debe ocurrir, efectivamente).

O, será que efectivamente me convertí en el viejo gruñón que nunca quise ser. Y que, vaya a saber por que gaje del oficio, terminé siendo.

Lo único que se, es que de la semana pasada a ésta, las cosas se pusieron mucho mejores. Esperemos al fin de semana que viene.

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One Response to “”

  1. MOLESTAME QUERIDO!

    :)
    mua

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