Vos jamás entenderías mis predilecciones. Me mirás, me mirás y no entendés. Te aburrís conmigo por que sabés que pienso otras cosas, tengo otras ideas de cosas que quiero hacer y te suenan aburridas, como soy yo. Sí, soy aburrido, no te excuses.
No sé que es lo que todo ve de divertido e interesante en mi: si no me conociese a mi mismo, probablemente me odiaría desde el principio. Qué falta de gracia, elegancia, tacto. Mirá: como quieras llamarle está bien conmigo.
Por que me muevo en los mismos círculos y asigno valores metafísicos a cosas que el resto del mundo no le presta atención, me gusta tener mis propios items electos, selecciones, predilecciones, subjetividades, como prefiera llamárselas.
Entonces, quizá me gusta rememorar las épocas con añoranza, los días de abundancia cuando el círculo estaba completo y no había jamás un hueco que me permitiese desviarme del ciclo de la vida. ¿Para qué, me preguntarán? Pocas respuestas al asunto, muy pocas la verdad.
La verdad de la milanesa es que ciertas cosas me gustan, otras no.
Me encanta volver.
No me gusta que me arruinen las vueltas.
Me gusta la soledad y el silencio cuando los necesito, para luego volver a este ruido de afuera.
Hasta el fin del mes pasado la vida para mí era ir a sentarse en la playa solo y mirar sin preocupaciones, apagando el celular, encendiendo el discman, metiendo los pies en el agua– y donde ellos quisiesen llevarme, estaría perfectamente bien. Ahora, escucho “para que ir solo a la playa, es un embole, no hay nada que hacer solo, es mucho mejor ir acompañado”. Y yo se, por ejemplo, que acompañado sería sólo para acabar más intoxicado, quizá más deprimido. Entonces, prefiero tomar mis cuatro días en paz, por que así le gusta al nenito mañoso.
Es cierto, nadie entiende el porqué, aunque parezca estar enfrente de mi. ¿Qué tiene de malo disfrutar de la playa en sí, cuando uno va, en vez de mirar hacia los boliches y la carne adentro de ellos? ¿Qué tiene de malo mirar como un autista ver pasar la vida mientras el vientito de mar te pega en la frente y desciende hacia tus piernas?
Y todo el tiempo, entre ellas, estaba el bendito Dickens. ¿Por qué leés a Dickens, si hay tantas cosas más enriquecedoras de la mente? Por que me entretiene, me entretiene un libro de 800 páginas. Es que… posee una trama tan intrincada e interesante que parece un resumen de todos los corines tellados hechos en el tiempo, sólo que añadiéndole más violencia, locura, pobreza, marginalidad. Dale, que es un escenario que te hubiese gustado vivir. Dale, que tu halago a Dickens parece más una afrenta. Tenés un análisis literario del viejo que es demasiado incorrecto, por que en la magnitud de las cosas que escribe hay diferentes capas de densidad en contenido, y vos sólo ves eso. Y si, por que me gustan las gramáticas correctas, pero no leo un libro sólo para ver una buena gramática. Yo paso los ojos frente a las hojas solo para ver una historia que me abstraiga.
Y, si, soy un tipo muy extraño. Qué le voy a hacer.
Published
on Wednesday, February 2nd, 2005 at 10:39 am
