Hoy se cumplió un nuevo hito de la impunidad y el crimen. Una nueva barrera al caradurismo y a la impunidad se desmoronó. Hoy se dio el veredicto del caso AMIA. Hoy liberaron a todos, los asesinos. “Absueltos”. No quedó nadie adentro, eran todos inocentes. No hubo muertes, no hubo ataques. “Yo no ví nada, no escuché nada, me caí en la escalera”… “El silencio es salud”. Desde hoy, este lugar es tierra de nadie. Miles de muertes y un “los derechos humanos son para los delincuentes” (un fuerte epíteto que gritó nuestro mejor amigo Juan Carlos Blumberg cuando un espectador le gritaba para preguntarle qué acerca de los derechos humanos en medio del pedido de recrudecimiento de pena para los criminales) parecen llorar en el corazón. No existe la compasión y de repente las almas de muchos desvanecieron ante la noticia de que están viviendo en Argentina, país de cobardes, corruptos, mamados y ladrones. Lloramos a miles que murieron. “Y si, que eran todo judíos”. Yo puedo decir que no eran todos judíos, eran menos de la mitad. Que nos matamos entre nosotros y con el mazazo del juez somos todos inocentes. Si Caín y Abel hubiesen sido argentinos, un crimen no hubiese sido un crimen.

Que la justicia existe (por supuesto, fuera de este país). Yo no siento honra. Yo sólo me quiero ir. Nosotros, los “niños rubios” de nuestros padres pasamos impasibles ante la plaza donde cada semana, cada mes, cada año los padres honran a los suyos, enterrados y con suerte reconocidos tras el hecho. Hoy nos decretaron que nos puede suceder a nosotros fácilmente: ahora es legal. Pague, nada más. Usted puede morir mañana sin que le importe a nadie, ni siquiera a usted. Usted muere, ya. A las manos de alguien que no tiene conciencia, que la evidencia desaparezca y que usted sólo haya sido una sombra, un pedazo de la imaginación de sus padres, nada más. Ahora ya los pueden declarar locos y meterlos en el Borda, o sabe donde. Por que nunca hubo ataques, no existió la Traffic, y los cientos de muertos fueron una ilusión, algo que salió de un caleidoscopio deformado.

Bienvenidos a un nuevo lugar: donde usted se muere y los que se supone que lo protegen, lo cuidan y lo gobiernan, no. Baghdad parece el paraíso hoy por hoy comparado con la Argentina. Aquella medición de riesgo país en puntos no era una calificación de nuestro gobierno: fue una calificación sobre nuestras personas, para aquellos que no están enterados (un hecho implícito, nada más). “Estamos en Default”. Somos lo peor, somos mierda. Nunca encontramos a los asesinos de Nair Mostafá. Ni los de Soledad Morales. Ni los de Diego Peralta, ni los de Walter Bulacio. Y Fernanda sigue sin aparecer. Canillas, Kosteki, Santillán, Schenone. Una cadena de muertes que se sucede desde arriba hacia abajo. Y así seguimos, así vamos. Yo me pregunto para qué sirve tener un hijo acá: para que se vaya o lo maten. Cual es el valor de ser Argentino? Estar conforme con ésto o ser acusado de sudaca por pensar irse afuera ante la imposibilidad de ser impasible ante todo esto? Acusados de antipatrias por exigir pensamiento y acción racional y mesurada, no penas más largas y prisiones- spa para delincuentes que no tienen remordimientos y que planean sus próximos acometidos en su estadía. Queremos morir en realidad? Cual es la finalidad de nuestras vidas en estas condiciones? Cobardes somos, ovejas que comemos de los 150$ del plan Trabajar para el cual le hacemos la vida imposible al otro, cortando autopistas o el puente Avellaneda a ver si otro pierde su trabajo, total es nuestra lucha y nuestra lucha siempre vale más que la del otro.

No trago esa píldora que algunos van a seguir detenidos y que van a haber investigaciones sobre varios políticos, como “Minguito”, o nuestro vicepresidente con conciencia política, “Chacho”. Ni siquiera merecen una valoración de mi parte por que no los considero seres humanos, y menos Argentinos, quedan fuera de cualquier buena clasificación y toda cosa que yo pueda decir sobre ellos es simplemente irreproducible. Creo que Batlle tenía razón sobre nosotros. “Argentinos somos como somos: PUSILÁNIMES, COBARDES, GALLINAS, LADRONES, CORRUPTOS, VENDEPATRIAS. Nunca fuimos un país. No fuimos ni siquiera una provincia. Somos un conjunto de casillas en la villa. ” Miramos a Los Roldán en vez de ver a Barenboim en el Colón, por que utilizar el cerebro es simplemente algo muy difícil. Llenamos los estómagos con la demagogia de los que nos cierran las puertas en la cara para irse a sus departamentos en Nueva York, o sus cuentas en Suiza. Eso es lo que nos depara el destino: mierda. Ser un país bananero, abajo del tercermundismo. Por que si no hay educación, no hay nada. Pero para qué educamos, si no sabemos qué es la justicia. Qué es la justicia con los acusados? No es golpear o escupir a Ribelli o Telleldín si usted los ve por la calle (por más que lo mereciesen): justicia es vigilarlos y castigarlos según la ley de Dios y la Tierra, o echarlos tras la cordillera, o luchar hasta el fin para que los encarcelen, desde ellos hasta el patilludo ese ladrón y cobarde que se esconde atrás de la cordillera: a él le dedico un mensaje en particular… voy a morir en la calle antes que usted vuelva a ser presidente, por que usted simboliza todo lo que yo pensé que era pero que no quiero ser. Por que todas las mañanas me levanto y pienso en todo lo que perdí gracias a estos “personajes”, y por que me doy más una idea de qué es lo que estoy haciendo mal y lo que no quiero repetir y lo que deseo arreglar. Espero verme a mí en contra de todo lo que me parece está mal. Espero verme a mí mismo mañana en la infame esquina de Pasteur y Corrientes a las 18: 30 para marchar contra todo lo que deseo derrumbar: un sistema político, judicial y legislativo lleno de clientelismos, mafias, corruptelas, mentiras, dobles-sentidos y traiciones hacia todas las direcciones. Para que los padres de las víctimas no sientan que son los partícipes de una pesadilla que la ley dice nunca ha existido.

Nota aparte: quiero ver si nuestros piqueteros se atreven a aparecer en esta marcha. Quiero ver si realmente son solidarios así como son solidarios con las matanzas de palestinos en todo el medio oriente y con los iraquíes. Es ahí cuando vemos quién representa a quien. Quiero ver al señor Blumberg también. Quiero ver a todos aquellos que durante la semana aparecen en la televisión mostrándose, para ver en realidad qué es lo que son.